La guitarra que analizaremos en esta
review, la Epiphone G400, es una replica de la mítica Gibson SG del
61.
Características:
*
Construcción: Cuerpo sólido
* Construcción mástil: Mástil
encolado
* Número de trastes: 22
* Escala: 24,75"
*
Cuerpo: Mahogany
* Mástil: Mahogany
* Diapasón: Palorrosa
*
Inlays: Trapezoidales
* Clavijas: Grover
* Puente:
Tune-O-Matic
Acabados:
Las SG son guitarras muy sencillas y no
tienen las lujosas tapas características de las Les Paul. En el caso
de esta Epiphone, los acabados son muy buenos, sin ningún defecto
apreciable.
Sonido:
La G400 es una guitarra de buen sonido para rock y salvando las distancias, imita de forma convincente a la SG original. A los que
vengan de una guitarra de pack, como fue mi caso cuando la compré,
les encantará. El tener el mástil encolado le da un sutain muy
grande. Las pastillas álnico "classic", aunque no son nada
del otro mundo funcionan correctamente. Son unas pastillas de baja salida, muy silenciosas y sin apenas ruidos de masa. Su sonido está orientado a estilos clásicos, hard
rock y blues. La del mástil es cálida con un ligero fuzz, ideal
para tocar blues. La del puente tiene más mordiente para tocar
riffs. Si metemos más gain en el ampli y tocamos algo de
metal, la G400 se defiende bien aunque no es desde luego su terreno. Como ya he
dicho las pastillas son más bien “vintage” y con grandes
distorsiones el sonido pierde algo de definición
Manejo:
Quizás este es el punto que menos me
gusta de esta guitarra. Para empezar, esta guitarra está muy mal
equilibrada. Cuando nos colgamos esta guitarra, notaremos que cabecea
bastante. El peso del mástil y el clavijero hacen que la guitarra se
incline en dirección al suelo, por lo que tenemos que estar
continuamente sujetando el mástil para que esto no ocurra. Con el
tiempo nos acostumbraremos, pero no deja de ser algo bastante
incómodo y que notaremos sobre todo si tenemos una correa de fibra
sintética. Con una correa de cuero ancha el cabeceo es menos
pronunciado pero seguirá estando ahí. Otra solución es desplazar
el punto de anclaje desde la unión del cuerpo con el mástil al
”cuerno superior” del mismo modo en el Toni Iommi tiene sus SG. De esta manera la guitarra será más domable y podremos dedicarnos a lo importante, a tocar.
Dicen que las Epiphone son una lotería, que incluso dentro del mismo modelo si eres afortunado puedes tener
una gran guitarra o tocarte un pufo. En el caso de mi “Epi”,
sencillamente no termino de acostumbrarme a la dureza de sus cuerdas.
Para evitar los trasteos tengo una acción alta y a pesar
de que he intentado ajustarla alguna que otra vez (alma,
puente...etc.) para bajar la altura de las cuerdas, no he conseguido
dejarla a mi gusto.
La guitarra aguanta bien la afinación,
aunque la cejuela plástica no deja deslizar las cuerdas con suavidad
y nos puede dar algún problema. Esto lo podemos solucionar aplicando
algo de grafito para lubricarla. Las clavijas son Grover, no de la
misma calidad que las que llevan las Gibson, pero cumplen bien como
su papel.
Durabilidad:
tengo esta guitarra desde hace algo más
de 4 años. La madera y la pintura han aguantado bien el paso del
tiempo. No se puede decir lo mismo de algunas piezas del hardware como varios tornillos que se han oxidado. Además, el alambre que
sujeta las selletas del puente no se ajusta bien y produce un ligero
zumbido al tocar cuerdas agudas al aire, aunque este no se transmite al
ampli. Por lo demás la guitarra está perfecta.
Impresión general:
La G400 es una buena guitarra para
aquellos que quieran continuar tocando la guitarra después de
haberse iniciado con las de los clásicos packs, no tengan un gran
presupuesto y les encante imitar a Angus Young . Es una buena
guitarra por lo que cuesta, pero no hay que olvidar que es una copia que vale 5 veces menos que la original. También
recomiendo probar otras réplicas de la SG de marcas como Tokai o
Vintage, ya que es posible
que nos den una grata sorpresa por su gran calidad.
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